Tinto de confianza

Los cálidos rayos del sol de mediodía se filtraban por la ventana entreabierta. Fuera hacía frío, pero ella dentro por fin sentía calor. Llevaba tanto tiempo sufriendo en silencio que la inesperada revelación que tuvo cuando él se marchó al punto de la mañana la había sumido en una alegría inesperada.

Más segura de sí misma de lo que había estado en años, se pintó las uñas de rojo, cogió su sombrero y salió a la calle. Sin mirar atrás. No lo haría nunca más. Cruzó la calle y entró en un bar. Tenía tiempo de sobra.

- ¿Una cerveza?

- No. Una copa del mejor tinto que tenga.

PD. Sombreros, vino y flores.

Foto: Chelsie Liz