Obsesiones

Foto: Quentin de Briey

Soy muy de obsesionarme, no es ninguna novedad.

Y con esto de Internet mis obsesiones crecen día a día y cambian mes a mes. Por eso, he decidido mostraros periódicamente todas esas cosas en las que no puedo parar de pensar.

Fotos: Arcanja, Asos, Topshop

Este verano estoy obsesionada con los bañadores de una sola pieza, como los que llevaba cuando era pequeña. No me decido a comprar ninguno porque pienso que no me voy a poner morena pero, en realidad, a quién quiero engañar: ni me voy a poner más morena por llevar bikini (soy más blanca que la leche) ni me dedico a enseñar la tripa por la calle. Así que igual me dejo conquistar por las rebajas y me hago con el azul de cuadros vichy de Asos, que me tiene enamorada.

Fotos: La cool et chic, Frenc Voguettes

También me obsesionan (u obsesionaban, hasta que ha llegado el calor de verdad) los pantalones blancos. Y es que, si incluso el invierno es buena época para llevarlos, yo no sé por qué aún no los uso más en primavera y verano.

Fotos: Tumblr, Pinterest, Jeanne Damas

En el apartado de vestidos, últimamente me pirran los de dos tipos: tejido vaquero y largos hasta los pies. Aún no he encontrado un vestido largo que me quede bien (sigo en ello), pero sí me compré un vestido vaquero en las rebajas con el que estoy encantada :)

Fotos: Pinterest, Bleubird

También estoy muy obsesionada con lo mexicano, sobre todo con el tema vestidos y blusas bordados de colores. Mi madre se compró un vestido precioso en Amichi, pero yo llegué tarde y me he conformado con una blusa (que tampoco me importa porque es muy bonita :__)

Fotos: Barbecue & Ranch, Pinterest, Tumblr

El premio a la obsesión más absurda es para... ¡la ropa que cuelga en los tendedores! Ya estoy viendo a mi madre partirse de risa cuando lea esto, y a mi abuela ni os cuento. "¿Pero te has vuelto loca, hija mía?". Una vez dejaran de reírse, les explicaría que la ropa tendida tiene mucho encanto, sobre todo si se fotografía al amanecer o al atardecer y el tendedor está en plena naturaleza.

Tampoco puedo dejar de pensar en escribir: en el blog, cartas, un diario, pequeños relatos... En realidad estoy volviendo a ser como era hace años: una ratoncilla de biblioteca, siempre entre libros y cuadernos, haciendo listas, escribiendo cuentos, anotando frases que me gustan... María, la protagonista de El refugio de las golondrinas, el libro que estoy leyendo ahora, dice que no termina de comprender las cosas hasta que las pone por escrito. Creo que a mí me pasa un poco lo mismo, necesito escribir para ordenar mis ideas, aclarar mis pensamientos.

Foto: Vetica

Y, por último, debe de ser cosa del verano, estoy obsesionada con el mar. Pero no con cualquier mar. Sueño con un mar de agua azul transparente, como la de Menorca, enmarcado en una cala bonita, recogida, a ser posible con la montaña cerca, de arena fina o de piedras pequeñas. En resumen, una playa en la que volver a ser feliz en vacaciones, en la que disfrutar de esos momentos que convierten un siempre en un jamás. ¿Conocéis algún lugar así?

PD. Los dos sitios que hacen que mis obsesiones crezcan día a día: Pinterest y Tumblr.