jueves, 11 de diciembre de 2014

Vivamos despeinadas

Vivir despeinada

Siempre que sopla el cierzo en Zaragoza (o sea, muy a menudo) me acuerdo del texto "Vivir despeinada", de Quino.

Y como ahora llevamos unos cuantos días a tope con el viento, he querido compartirlo aquí para que veáis que ir despeinada no siempre es malo. De hecho, las cosas buenas de la vida despeinan, así que vivamos despeinadas.



Vivir despeinada

"Vivir despeinada", por Quino

Hoy he comprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad... El mundo está loco, definitivamente loco. Lo rico, engorda. Lo lindo, sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina...

Hacer el amor, despeina.
Reírte a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
Quitarte la ropa, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.

Así que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado... Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina recta, ponte seria... Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda debo sentirme linda... ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo vea a la mujer que debo ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres: entrégate, come rico, besa, abraza, haz el amor, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje y, sobre todo, ¡deja que la vida te despeine!

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


11 comentarios :

  1. Me ha encantado el texto! Hoy no me peino! :-)
    Un abrazo

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  2. Y conocía este texto. La verdad es que es muy bonito y debería preocuparnos menos ciertas cosas y valorar mucho más otras. Besiños.

    Ysilacosafunciona.com

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  3. Me encanta ese texto! Deberíamos de tenerlo pegado en la puerta al salir de casa las que somos de Zaragoza para no tomarnos tan mal lo del cierzo jaja

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  4. Lo había leido hace tiempo y me ha encantado releerlo, es tan cierto, yo estoy intentando despeinarme mucho mas.
    Un beso Marta

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  5. Como me gusta Quino.
    No conocía este texto. Es genial.

    Y tiene toda la razón.
    ¿por qué nos peinamos?
    ¿por qué nos atamos?
    ¿por que nos ponemos tantos límites?

    Vamos a despeinarnos y a hacer lo que nos de la gana, que seguro que seremos mas felices.

    Un beso

    María

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  6. Ay Marta, pues yo esto lo practico y mucho... peinarme no va conmigo, a veces me cuesta hasta hacerlo un poco por las mañanas... así que soy una constante despeinada a mucha honra.

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  7. ¡Qué bonito Marta! Me ha gustado mucho. ¡Feliz finde!

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  8. Para todas nosotras.....

    La despeinada

    Llegó a través de mi poesía,
    yo andaba a la deriva
    iba en barlovento,
    sin rumbo, sin destino,
    sin encontrar un puerto
    en el que anclar mis días.
    Mi existencia, prolongación del recuerdo,
    las sombras de un amor en fuga
    enlutaban las horas.
    Igual que hoy, en Malmö,
    diciembre venía anunciando
    la llegada del invierno.
    Ella venia despeinada
    melena al viento,
    su cabello meciéndose en la brisa,
    un mechón caído sobre su frente
    le daban una expresión de bondad y ternura.
    Mis ojos se recrearon en su cabellera.
    Cuando entré en los laberintos de su pelo ,
    era oscura la senda que traían mis pasos...
    caminé noche y día
    peregrino insomne
    caminé días y noches
    Caminé y caminé
    por sus cabellos despeinados
    y la senda oscura de mis pasos
    la iluminó la clara luz de su mirada...
    y llegó este poema amaneciendo en sus cabellos.

    Del proyecto de poemarío El árbol de la vida

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