Este verano pasé mi primera semana de vacaciones haciendo una road trip (vamos, un viaje en coche de los de toda la vida) por Asturias. Volví enamorada del norte y decidida a regresar siempre que pueda, porque dormir con sábana en pleno mes de julio es muy bien, porque la inmensidad del Cantábrico quita el hipo a cualquiera, porque ver por la ventanilla derecha el mar y por la izquierda la montaña es una gozada y porque los cachopos bien merecen una visita anual.
Por si alguien está pensando en enamorarse de Asturias como yo lo hice, aquí os dejo unas cuantas recomendaciones sobre lo que visitamos, hicimos, comimos... y bebimos.
Las hortensias del norte son como de otro planeta. :)
UNA RECOMENDACIÓN GENERAL
Nosotros en Asturias estuvimos seis días enteros y, aunque vimos muchísimo, ¡aún nos faltaron cosas! Porque allí todo es bonito: desde el mar hasta la montaña, pasando por pueblecitos marineros llenos de cuestas, como Lastres o Cudillero, o ciudades como Oviedo o Gijón, que atrapan desde el primer momento.
Como recomendación si queréis ver todo el Principado en un solo viaje, os diría que buscarais alojamiento en la zona central, para poder abarcarlo todo. Sin embargo, si podéis, yo que vosotros lo visitaría en dos veces: una la parte oriental, desde Llanes hasta Gijón, y en otra ocasión la parte occidental, desde Gijón hasta la frontera con Galicia. Os lo digo porque nosotros quisimos abarcarlo todo en un solo viaje y, aunque sí que llegamos hasta Luarca, el viaje fue un poco paliza y ese día acabamos reventados.
Gijón
QUÉ VISITAR
¡Todo! Ya os he dicho que Asturias es un paraíso que se merece toda la atención del mundo.
El primer día fuimos a Gijón, donde nos bañamos en la Playa de San Lorenzo (a ver si nos entendemos, no un baño como los que me doy en el Mediterráneo, ¡pero sí que me metí!), subimos a lo alto de la atalaya de Cimadevilla, paseamos por el Casco Antiguo y el puerto y visitamos la Universidad Laboral. Me encantó.
Otro día fuimos a Llanes, pueblo al que he decidido que voy a ir de vacaciones si no es al año que viene al siguiente. Me encantaron sus playas (nosotros fuimos a la de Toró, pequeña pero muy bonita), sus tiendas y mercadillos (que me surtieron de ropa para el resto del verano), su aire señorial pero sin pasarse, sus cafeterías, sus restaurantes, todo.
Lastres
También estuvimos en Ribadesella, que me encantó para pasar una semana de desconexión en un sitio con playa bonito y tranquilo y con otros planes por si se tuerce el tiempo. Tiene una playa urbana, la de Santa Marina, muy larga, amplia y genial para bañarse, con el paseo marítimo lleno de palacios indianos en los que te quedarías a vivir. Cerca de allí está Lastres, un pueblo marinero precioso, con unas cuestas imposibles, casitas de pescadores que son una monada y un agua de un azul muy turquesa.
Visitamos también Cangas de Onís, el santuario de Covadonga y los lagos, que son espectaculares. Al menos en verano, para evitar la masificación, hay que subir en transporte público (autobuses o taxis furgoneta), y te llevan hasta el lago Ercina, un poco más arriba del Enol. Entre ambos hay un mirador desde el que se ven los dos y ahí arriba, justo encima de ti, tienes los Picos de Europa. Increíble.
Catedral de Oviedo
Tampoco dejamos de visitar la capital, Oviedo, una ciudad llena de edificios antiquísimos y de pequeñas plazas y callejuelas con mucho encanto. Me hice la típica foto con la estatua de Woody Allen (del que soy fan), entré a la catedral, vi el Teatro Campoamor, que no me preguntéis por qué pero me hacía muchísima ilusión, y nos acercamos hasta dos monumentos prerrománicos que merecen mucho la pena: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.
Cudillero
En la región occidental visitamos Luarca, Cudillero y el Cabo Vidio. Las vistas desde el cementerio de Luarca son alucinantes, porque tienes ahí mismo unos acantilados increíbles y un paisaje muy diferente al que yo estoy acostumbrada. Aparte de eso, el pueblo en sí tiene mucho encanto, sobre todo la zona del puerto. Por su parte, Cudillero es como de cuento, con un montón de casas de pescadores de colores colgadas en la montaña haciendo un semicírculo, como si hubieran ideado el pueblo a propósito para que le hagas una foto desde abajo. Por último, Cabo Vidio fue uno de los lugares que más me gustó. Las vistas desde ahí son espectaculares a ambos lados: acantilados muy cortados, un mar inmenso, otros cabos y salientes de la costa, la imaginación que te dice que ahí al frente, mucho más allá, están las islas británicas, y la sensación de estar en uno de los extremos más septentrionales de la Península.
QUÉ HACER
Aparte de visitar todos esos pueblos y ciudades maravillosos, nosotros dedicamos un día a hacer el descenso del Sella. No lo completamos, fuimos desde Arriondas hasta Toraño, pero ya fueron 7 kilómetros y no podíamos más (¡el recorrido completo son 14 kilómetros!). Respecto a la actividad en sí, a nosotros nos habían dicho que era más o menos coser y cantar, y no es así. Es divertida y a ratos te ríes mucho viendo a la gente de alrededor (y a ti mismo), pero más vale ir mentalizado de que es cansado y así si luego no te cansas tanto, mejor. Por lo demás está bien: hay muchísimas empresas que se dedican a organizarlo y que preparan todo muy bien, incluido un picnic que entra en el precio de la actividad para que puedas comer a mitad de camino o donde te apetezca.
Vistas desde Cabo Vidio
QUÉ COMER
En Asturias, como en todo el norte en general (bueno, y en toda España, para qué nos vamos a engañar), se come fenomenal. De todos los sitios en los que comimos, mi favorito fue la Sidrería La Guía, en Ribadesella, donde nos metimos un cachopo entre pecho y espalda que estaba buenísimo, además de una tarta de queso casera espectacular, y lo acompañamos con una sidra muy rica que los camareros te escanciaban siempre que querías.
Os recomiendo también Toma 3, en Gijón, una cafetería librería muy bonita y en la que te sientes muy a gusto rodeada de libros, mesas bonitas y buen café. Además, en Gijón compramos croissants en Pomme Cuite, una panadería y cafetería que por lo visto se ha alzado alguna vez con el título a "los mejores croissants de España". Doy fe de que estaban muy ricos, aunque tampoco sé si para tanto. ;)
Bajando de San Juan de Gaztelugatxe
LOS EXTRAS
Como íbamos en coche y el viaje desde Zaragoza es largo, tanto a la ida como a la vuelta hicimos varias paradas. En ellas volvimos a Suances y a Comillas, en Cantabria, y visitamos San Juan de Gaztelugatxe, en Vizcaya. Si no habéis estado en Comillas, os lo recomiendo muchísimo. Es un pueblo precioso en el que hay que visitar sí o sí el Capricho de Gaudí y acercarse al Palacio de Sobrellano. Muy, muy bonitos ambos. Gaztelugatxe, por otro lado, es un islote ubicado en la localidad de Bermeo y unido al continente por un puente de dos arcos. En lo alto del islote está la ermita de San Juan, a la que se accede después de subir cientos de escaleras y de andar un rato largo. La subida es una paliza tanto a la ida como a la vuelta, pero es de esos sitios especiales a los que merece la pena ir, al menos una vez. Además, la recompensa viene en forma de pintxos buenísimos en el restaurante Eneperi, situado al final del camino. ;)
Y hasta aquí la crónica de mi viaje a Asturias, espero que os haya gustado y que os sirva (¡gracias por leer hasta el final!).
¿Conocéis Asturias? ¿Os gusta el norte?
PD 2. Ya veis que estamos de nuevo de semana viajera. :)
Qué road trip más completo! Yo tengo pendiente hacer uno por estas tierras; hace unos años hicimos uno por Navarra y País Vasco y me encantó, pero Asturias está en la lista aún... Me alegro de que disfrutarais tanto. Un besazo!
ResponderEliminarPD. Las fotos te han quedado preciosas!
Jeje, gracias guapa!
Eliminar¡Precioso post! A mí me encanta Asturias, mi abuelo era de ahí así que ha tocado ir muchas veces. Mi plan favorito siempre ha sido cogernos una casita y pasarnos dos semanas conociendo sus pequeñas playas. Asturias está llena de preciosos lugares escondidos, el único problema, el tiempo. Nosotros somos de Pamplona y, como lo de dormir con sábana (e incluso manta) es un continuo durante todo el año, a veces nos acaba tirando más el Mediterráneo!!!! Un besazoo ;)
ResponderEliminarNosotros siempre hemos sido más de Mediterráneo porque lo tenemos más cerca, pero la verdad es que ya nos apetecía cambiar. ¡Y no nos arrepentimos!
EliminarJo, qué bonito Marta!
ResponderEliminarCon eso de que hoy es Covadonga y que en unos días me voy... casi lloro mientras leía el post :'( Estoy hoy con la fibra sensible jajaja
Me ha encantado todo lo que has escrito, aunque las partes de Gijón y Covadonga son mis favoritas, pero eso es por favoritismo nada más, que los demás sitios son preciosísimos :P
Un besín!!
PD: un apunte así tonto de mi lado goloso: comer helados en Candás.
Muchas gracias, Elisa :)
Eliminar¡Ánimo con la vuelta! Me apunto para próximas visitas lo de los helados en Candás. ;)
Que maravilla de post y que fotos más bonitas, tengo que volver, pues hace.... ufff un montón de años que no visitó Asturias, si es que, no puede ser me gusta todo, por cierto Comillas solo he estado una vez y otra de pasada y super recomendable y San Juan de Gazteluatxe de... cuento, no me voy a quejar que a que no sabes donde estoy pues... en uno de mis lugares favoritos, besos guapa! !
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