Sobre el estilo personal

Jenna Lyons (Foto de Jean Stories)

No sé si os he comentado alguna vez lo mucho que me gusta Jenna Lyons, la directora creativa de J. Crew. Me encanta porque es una de esas mujeres que tienen (bueno, o parecen tener, que cualquiera dirá que la conozco personalmente) una personalidad muy marcada y a las que no les importa salirse un poco del guión para mostrarse como realmente son.

Que Jenna es especial se nota a simple vista en su estilo. Suele vestir con camisas y blazers de aire masculino, siempre lleva sus características gafas de pasta grandes y el pelo recogido en un moño tirante. Tiene un estilo propio que se ha forjado a lo largo de los años y al que se aferra. Porque es así vestida cuando se siente verdaderamente cómoda. Cuando puede mostrarse tal y como es.

Durante muchos años, yo fui de comprar la ropa por impulso. Si veía una camiseta bonita o una falda que me gustaba, me la compraba, sin pensar en si realmente eso iba conmigo o, más sencillamente, si luego la iba a poder combinar con el resto de mi armario. Y así iba acumulando muchas prendas que luego apenas me ponía, bien porque no me sentía cómoda llevándolas, bien porque no sabía muy bien con qué ponérmelas.

Eso se acabó.

Amy Woodside (Foto de Carmen Chan para Urban Outfitters)

Hace ya un tiempo que compro para llenar el armario de prendas que necesito, que quedan bien con el resto de la ropa y, sobre todo, que son muy yo, con las que me siento a gusto. Creo que la ropa que llevas dice mucho de ti, y yo quiero que la mía proyecte mi verdadero yo, ese que voy descubriendo poco a poco, ese que voy forjando con el paso de los años a base de ensayo-error, de acertar, fallar y evolucionar.

Así, por ejemplo, ya apenas me veréis con collares llamativos, solo los llevo en ocasiones especiales, pero sí me veréis con pequeños colgantes. Ya apenas cambio de pendientes, desde que compré unos pequeñitos en Pröko que no me quito. No me veréis a diario con rojo o rosa, pero sí con mucho azul marino, gris clarito y beige. Me veréis con camisas y jerséis de punto fino, pero muy poco con camisetas. Ya apenas llevo partes de arriba estampadas, he aprendido que soy más de prendas lisas. Con los tacones ya ni lo intento, solo cuando es totalmente imprescindible, pero me estoy haciendo con una buena colección de zapatillas, zapatos masculinos y botines.

Como diría Andrea, tener un armario bonito y cuidado es la clave para empezar a reorganizar tu vida y establecer prioridades. Porque cuando sabes que, elijas lo que elijas de tu armario, vas a acertar porque vas a ser tú misma, dejas de preocuparte por ello y empiezas a prestar más atención a lo verdaderamente importante. (Que puede ser una cosa para mí y otra totalmente distinta para ti, y no pasa nada). 

La vida es, por sí sola, lo suficientemente complicada. Si en esto podemos simplificárnosla, ¿a qué estamos esperando?

pd 1. Esto me pasa porque me estoy haciendo mayor. Está claro. ;)

pd 2. En uno de los primeros posts que escribí en la historia del blog también analizaba la relación entre moda y comodidad.

pd 3. La perfección de la sencillez.