Foto vía Tumblr
Hace unas semanas (unas cuantas, en realidad), una compañera de trabajo mencionó, durante una formación que tuvimos, lo importante que es tomarse tiempo para dedicarlo a aquellas cosas que nos gustan y nos hacen felices. Lo hizo después de que todos los demás, preguntados por nuestras aficiones, hubiéramos dicho cosas del tipo "Me encanta leer, pero no tengo tiempo para hacerlo", "Bailar es una de mis grandes pasiones, pero no consigo encontrar ratos para dedicarme a ello", "Casi no tengo tiempo ni para jugar con mis hijos, que es de las cosas que más me llenan", y demás confesiones por el estilo. Entonces ella, argentina de nacimiento, nos reprendió con voz melosa: "Deberíais hacer el esfuerzo de encontrar tiempo para cultivar vuestras aficiones. De verdad que es importante".
Y tiene toda la razón del mundo, para qué vamos a decir otra cosa. La vida se ve de otra manera después de leer, de ver una película, de hacer deporte, de jugar con tus hijos, de salir a correr, de pintar, de hacer punto, de estar tirada en el sofá.
Pero yo, desde el 1 de septiembre y hasta hoy, 2 de diciembre, no había encontrado el momento de volver a sentarme delante del ordenador para escribir aquí. De hecho, casi hasta se me había olvidado escribir. A lo mejor os suena dramático, pero es bastante cierto.
No obstante, hoy, con un maravilloso puente de cuatro días por delante, he encontrado tiempo para pasarme por el blog a decir :"Hola, ¿qué tal estáis?". El resto de
explicaciones ya las daré más adelante.
Os he echado de menos. :)