Foto: Jeanne Damas
Durante un tiempo, fui mucho de obsesionarme con cosas. Un determinado peinado, un blog, una actriz, un color de uñas, un bolso. Ahora, afortunadamente para mi salud mental (y monetaria), me obsesiono menos. Podría decirse que, en ese aspecto, he madurado.
Sin embargo, esto no quiere decir que, de vez en cuando, no pueda sacarme algo de la cabeza durante días y días y, al final, tenga que darle salida de alguna forma (normalmente comprándolo, si es que se puede comprar).
Estas son algunas de las cosas (materiales e inmateriales) en las que ahora mismo no puedo dejar de pensar. (Además de en poner paréntesis cada dos líneas, parece ser).